Frente a frente. La cámara y el alma. Sin tapujos. La cámara ha apuntado hacia su objetivo y el alma de la señora no tiene nada que ocultar. Es mayor y está cansada. Dice sin abrir la boca que es duro empujar la vida día tras día, pero que también sabe que eso es lo que hay. Mira, piensa y descansa. No acaba de entender que se quiera captar la imagen de algo tan poco especial como ella, pero lo acepta sin problemas. La mano, acercándose a la mejilla, parece ayudarle a meditar. Los piés descalzos sobre las babuchas muestran a las luces la dureza de la jornada y del camino diario.
Los que hacemos fotografías esperamos poder captar trozos de realidad para convertirlos en imágenes, pero buscamos algo más que una instantánea de nuestro entorno. Cuando vamos con una cámara al hombro, esperamos poder descubrir las relaciones del hombre con la vida, esperamos, en el fondo, poder encontrarnos todos los días frente a frente con esta señora
Los que hacemos fotografías esperamos poder captar trozos de realidad para convertirlos en imágenes, pero buscamos algo más que una instantánea de nuestro entorno. Cuando vamos con una cámara al hombro, esperamos poder descubrir las relaciones del hombre con la vida, esperamos, en el fondo, poder encontrarnos todos los días frente a frente con esta señora
Me parece estupenda la imagen y muy preciso el comentario. Estaré pendiente del blog.
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