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martes, 16 de diciembre de 2008

Abrigo contra el calor

La sabiduría no está en los libros. Dicen los manuales al uso (y cuando sacude una ola de calor, los telediarios hasta la saciedad) que para evitar las deshidrataciones y que el cuerpo no se amilane ante las altas temperaturas, lo conveniente es aligerar la vestimenta, quitarse ropa y enfundarse en tejidos vaporosos, a ser posible blancos o muy claros. Nada más lejos de la filosofía experimental de las campesinas marroquíes. La fórmula consiste en abrigarse para combatir el calor. Contra los cuarenta grados a la sombra, la receta infalible es un traje pesado con varias capas de llamativos colores por encima. Y parece ser eficaz. Mientras los europeos combaten los calores sin camisa en la terraza, a base de cocacola y abanico, ellas trabajan enfundadas en sus historiados trajes y mantienen a buen ritmo la labor. Y a fe que lo hacen sin una gota de sudor.

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