Con la ilusión escondida se ha acercado a la ventana. Quiere ver cómo pasa la mañana. La atención sin dueño, fija en la nada. Observa el tono aburrido del tiempo con la mirada lejana. Sin emociones, sin ansias, el día se le hace eterno, el ritmo del mundo le cansa. Le cuesta seguir creyendo, le cuesta soñar mañana.