La mujer es correosa pero la jornada es más. Se hace visible el agotamiento sin tapujos. Los pies no le caben en las babuchas y el cansancio le llega hasta el alma. Cuando todavía faltaba un mundo para que empezase a romper la mañana ya estaba en marcha. Hay que llegar temprano, el mercado está vivo a primera hora. Casi 15 kms de caminata y 20 kilos a la espalda. Ahora su corazón no tiene ganas de sonreír. No ha habido mucha suerte y le duele el regreso. Se le antoja eterno.
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