Por un lado es sábado. Desde primeras horas el grupo se reúne en torno al guía en la Plaza Mayor para iniciarse en la riqueza oculta de los rincones de Madrid. Por otro lado el sol ya hace rato avanza pero ellos no han terminado de exprimir la noche y el amor no entiende gran cosa de horarios. Por un momento, un lado y otro confluyen. Tiempo y lugar únicos. Guía y grupo observan abiertamente algún detalle imperceptible escondido en la histórica farola, mientras de reojo admiran el descontrol de los enamorados que no pueden atender al mundo ni son capaces de encontrar la forma de aparcar por un momento sus pasiones desatadas.
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