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miércoles, 8 de febrero de 2012

Aseo con mimo


Acaba de levantarse. Como cada día, a Fatu le emociona saltar de la cama para ir corriendo al único grifo del patio. Lo abre con exquisito cuidado. No quiere de ninguna forma que el alma, a medio camino entre el temor y la esperanza, se le desparrame. El milagro dura solamente unas horas al día y hoy se ha levantado un poco tarde. A pesar de lo mucho que escasea el agua -o precisamente por ello-, disfruta aseándose con mimo. Da gusto verla hacer. Tiene una desarrollada habilidad para conseguir que ni una sola gota se distraiga de su cometido.